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El lío del "perro soldado" capturado por los talibán

Apenas unas horas después de que los talibán publicaran un vídeo de un perro soldado supuestamente capturado durante una operación contra tropas estadounidenses en Afganistán, el Pentágono desmentía que fuera de su Ejército y, además, escurría el bulto: añadía que «Colonel» probablemente fuera propiedad de las tropas británicas.

Antes, el portavoz talibán, Zabihulá Mujahid, decía que el animal es de «gran importancia» para las Fuerzas americanas, basándose en que Estados Unidos había lanzado una operación para recuperarlo, según recogía el diario afgano «Khaama Press». Pero, por su parte, fuentes del Pentágono rechazaban a la CNN hacer declaraciones oficiales sobre la situación y argumentaban que la política de la OTAN es que cada país haga declaraciones sobre su situación individual. Es cosa de Reino Unido.

Los perros militares son un recurso de gran utlidad y eficacia: son especialmente utilizados para la detección de artefactos explosivos, siendo un 30 por ciento más eficaces que los detectores de metales, según datos publicados por «Foreign Policy». Esto cobra especial importancia cuando se estima que dos tercios de las bajas militares en Afganistán se deben a artefactos explosivos improvisados escondidos en los caminos. El precio medio por cada uno de ellos es de 40.000 dólares y sólo el ejército estadounidense emplea más de 3.000 perros militares.

Por supuesto, también son utilizados para otras funciones: equipados con un chaleco tecnológico, con cámaras de infrarrojos, micrófonos, etc, pueden llegar a hacer de avanzadilla de las tropas. Lo cierto es que, la importancia estratégica de estos perros es tal que, si un perro es herido en combate, es extraído en helicóptero y tratado como cualquier soldado.