Facebook login

¿Los soldados del futuro serán maquinas?

La posibilidad de que una nueva generación de armamento con capacidad suficiente para tomar decisiones sin la supervisión de un ser humano sustituyan a soldados de carne y hueso, ha puesto en alerta a la comunidad científica que ha expresado su preocupación ante las consecuencias del desarrollo de este tipo de máquinas.

Las razones que llevan a los gobiernos a invertir en programas de armas autónomas, popularmente conocidas como "killer robots" (robots asesinos), parecen claras si tenemos en cuenta que son mucho más baratas y que a diferencia de los soldados humanos no se cansan y no sufren la falta de alimentos ni las inclemencias meteorológicas. Además están libres de dudas morales y su condición de máquinas les hace imbatibles en cuanto a rapidez y precisión.

¿Pero que son exactamente este tipo de armas? Cuando escuchamos una denominación como "robot asesino" rápidamente nos vienen a la cabeza películas como "Terminator" en las que Hollywood planteaba un futuro "postapocalíptico" en el que los humanos se enfrentaban a androides que habían conseguido relegar de su posición dominante a nuestra especie.

Lejos todavía de las fantasías del cine, aunque no tanto en opinión de muchos científicos, el presente de las armas autónomas es más prosaico, reducido a drones o vehículos similares cargados de armas y con la suficiente información para prescindir del control de un ser humano. En general se harían cargo de cumplir misiones como la localización, identificación y eliminación de objetivos de manera autónoma.

Y es aquí donde se presenta un primer dilema: hasta que punto es ético delegar la decisión de una acción de guerra en una máquina sin capacidad para distinguir entre el bien y el mal, sobre todo si para el cumplimiento de su misión se ponen en peligro la vida de personas inocentes.

Además, y a diferencia del armamento nuclear, los "robots asesinos" no requieren del uso de materiales controlados por la comunidad internacional. Esta condición los hace potencialmente baratos y al alcance de la mayoría de ejércitos nacionales e incluso de milicias y grupos terroristas.